sábado, 18 de mayo de 2013

Esos amigos.

Esos amigos.

Esos amigos que al tener un problema se abren a ti con facilidad. Los ayudas y apoyas. Al igual con las amigas, esas amigas que te cuentan todo desde que tienen la posibilidad. Que confían en ti y se abren respecto a sus sentimiento. Pero, que pasa con esos amigos que les cuesta abrirse, que se cierran en su mundo, en su burbuja. Cuando no puedes hacer nada más que quedarte en silencio y apoyarlos, quedarte en silencio y verlos seguir por su cuenta.

Eso me paso esta semana de mayo. Con un amigo que le cuesta abrirse, con todo el mundo, estaba enojado, ofuscado. No importaba cuanto quisiera ayudarle, mándale chistes, simplemente respondía -Gracias por el esfuerzo- o si no decía -Ya estoy mejor- cuando en verdad no lo estaba. Una amiga mía que conocía mejor el asunto, pero el ánimo de el estaba sensible y de un momento a otro exploto, dejo salir todo ese peso que sentía, se desahogó y excluyó como se sentía, no de la mejor manera, pero lo hizo. Y me sentí feliz, triunfante, alegre. Incluso el podía expresarse, ser humano.

¿Qué significa eso? Significa que todos tenemos nuestro momento de enojo, alegría o tristeza, pero no todos lo demostramos. Si eres de los que se encierran para sí mismo, ábrete, confía. Si tienes a alguien que le cuesta apoyado, no en silencio, hay un apoyo en silencio y una ayuda en silencio. Es difícil, nada es fácil, pero no le grites, no lo insultes si te insulta en su momento de ira, tranquilizalo.

Ahora si el enojo y la ira es contigo, es más personal, un amigo es para confiar, si no hay conexión, apoyo y respeto, esa amistad es superficial. Mi consejo siempre es la conversación, el diálogo. Sino funciona el hablar no llegues al insulto o mal vocabulario, por algo fuimos diferenciados de los animales. Ayuda con humildad y defiéndete con respeto y vocabulario.

Recuerda cuando no querías comer pero te obligaban, para tu bien. Piensa lo mismo con ese o esa amiga, no querrán tu ayuda, pero eso no significa que aún así no lo necesiten.